- basta de estupideces - clamaba a gritos su cabeza, amenazandola con estallar mientras presionaba y obligaba a sucumbir ante su voluntad- dejá esas preocupaciones estúpidas, hacé la tuya.
- ojalá.. - pensaba al otro lado de la mente la niña - no es tan sencillo
- Claro que sí - decía la mente con voz seductora - no te preocupes, no necesitamos nada.
La niña se dejaba arrastrar ante un nuevo futuro, hipnotizada por aquel timbre en la voz.. Pero algo la hizo poner los pies en la tierra, su frustración ante la rutina de los hechos.
- ojalá.. - repitió la niña frustrada una vez más. - pero no todo es tan fácil.
viernes, 8 de enero de 2010
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