Que hipócrita que me siento traicionando a mi razón por una simple sensación impartida por tu ser. ¿Por qué mi ser renuncia a toda su esencia por vos? No hay punto discutible cuando sonreís, no hay mundo mejor que cuando me mirás. No hay mejor perdición que mis sueños en los que estás, no hay mejor droga que el aroma de tu piel, no hay mejor vida que la que vivo ahora, juntos.
¡Nada! nada, es más perfecto.