miércoles, 2 de junio de 2010
Ninguna palabra es portadora de su propio significado, nada es el infinito y el destino marca cada paso encaminado hacia él. Elección y decisión impregnan el ser una vez más, reglas establecidas antes de que la partida empiece, acciones que desvían el camino hacia un nuevo infinito. Ni bueno ni malo, moralmente inexistente. Sólo un nuevo infinito que traerá nuevas reglas y elecciones, nuevos seres.
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